Que hacer si tu vehículo presenta deficiencia de fabrica

Primeramente, si pensamos que nuestro vehículo se ha imposibilitado por un daño de fabricación, debemos de resumir toda la información necesaria para demostrar ante el taller y la marca que es muy posible que así sea. Dicha información ha de venir de fuentes fiables, esto es, fabricante, talleres y propietarios, filtrando toda aquella alarma innecesaria o anecdótica que en nuestros días se puede encontrar en cualquier foro.

Incluso conviene traspasar fronteras. Mirad, a mí me pasó una cosa curiosa. Sufrí una avería “rara” y, aunque me la iban a reparar sí o sí en garantía, descubrí que mi modelo no tenía llamadas a revisión pendientes en Europa, pero sí que había una de pocos meses atrás en Norteamérica. Concretamente, hacía referencia a lo que a mí se me había estropeado. Se lo hice ver a la marca en nuestro país y se encogieron de hombros -junto con el arqueo de cejas, es su respuesta más frecuente-. Algún tiempo después, la marca llamaba a revisión por este motivo a sus coches en Europa. Y no me costó más que mirar la web de la marca al otro lado del charco en la sección correspondiente (los estadounidenses son mucho más transparentes en esto…) y pulsar el botón “imprimir”. Sé que no soy el único al que le ha pasado. Diversas delegaciones van a diversos ritmos, entiendo. Eso sí, comprueba que tu coche está efectivamente fabricado y/o se comercializa en el país donde has encontrado la referencia…

Aquí se debe dejar un punto claro por el que muchos me preguntan: que nadie sueñe con que le vayan a cambiar el coche. Por muy “escacharrado” que esté tu vehículo nuevo y aunque tú no le hayas hecho nada, la marca no te lo va a sustituir por otro así como así. Lo máximo que podrás conseguir es una recompra por parte del concesionario a un precio más o menos interesante y la venta de otro coche igual o similar por un importe rebajado. Lo que no es un mal trato. Esto lo tengo que decir porque sé que muchos pierden enormes cantidades de esfuerzo y tiempo en esta dirección, buscando un objetivo que se da en un caso por cada millón de automóviles vendidos y averiados -y seguramente estoy siendo generoso en la estadística…-.

Al comprar un coche de segunda mano, nunca está de más que el primer mantenimiento que nos toque lo pasemos en el concesionario oficial para asegurarnos de que el anterior dueño ha efectuado las revisiones de la marca (si las hubiera habido) cuando debía.

Por supuesto, también conviene estar atento a lo que dicen o han dicho las “fuentes fiables” a las que con anterioridad aludía.

Siempre se debe “ir por las buenas” y, llegado el caso, nunca hay que perder la honestidad. Lo digo porque los coches son máquinas y prácticamente todas se rompen por nuestra culpa, aunque no seamos conscientes de ello. Lo bueno es que su umbral de tolerancia es alto y lo hacen generalmente tarde. Esto va para aquellos que insisten en que su Seat León de 2004 y 199.000 km, por ejemplo, se ha estropeado por un defecto de fábrica. No digo yo que no pueda ser, pero me parece, amigo… que más vale que te conformes con una pequeña “atención comercial” en forma de descuento si no quieres ir buscando coche nuevo gracias al plan PIVE.